UPDATE

Quiero aclarar que la información proporcionada abajo (Elmo vs Barney) no es mas que un argumento sin fundamento científico. La opinión que escribo respecto a Barney es algo muy personal. No obstante si algún reportero de cualquier medio lee esto, por favor, no haga referencia como si esta fuente fuese absoluta y mejor construya una nota crítica y objetiva.

Por otro lado ha sido demostrado en publicaciones de investigacion arbitradas que Barney & friends así como Sesame Street son buenos programas educativos y dichos argumentos son resultado de exaustivos estudios aplicando el método científico. Aclaro esto ya que salió una nota en el periódico mexicano eluniversal.com.mx donde dice que Plaza Sésamo es peligroso para las nuevas generaciones (la nota aquí) pero, no hay aún investigación científica en el área de la psicología, ni de cualquier otra, que lo fundamente. La fuente de esta controversia está en el blog The angry Hedgehog con un post de Hadley Freeman donde dice que Plaza Sésamo es una mala inlfuencia para los niños de esta era; sus argumentos no tienen ningua referencia y éste artículo científico contradice sus palabras -con leer el resumen basta, pero sugiero leer las conclusiones-.

Es por ello que hago énfasis: El contenido de éste blog es un argumento personal y no debe ser usado como una fuente absoluta.

No obstante sigue en pie mi sugerencia de no usar Barney como una herramienta educativa. Hay tantas como, Plaza Sésamo, Winnie the Pooh, Blue, Bob the Builder, hi5, etc, así como de los programas de entretenimiento, por ejemplo los de la productora Pixar: Mosters inc, Cars, etc... Así que le decimos a la señora Hadley que desde su punto de vista entonces todos los progrmas educativos de televisón hechos hasta hoy en día NO son apropiados (not suitable) para los niños ni para sus comentarios. Imagine un niño queriendo tragar aceite como Rayo McQueen o queriendo aventarse de la azotea para volar, junto con Buzz, al infinito y más allá. La señora olvida que los programas deben ser vistos por los hijos, desde luego, supervisados y/o acompañados por los mismos padres.